Esto le sucede a tu cuerpo si comes sandía todos los días

La sandía, con su sabor dulce y refrescante, es mucho más que una fruta de verano. Su alta concentración de agua, cercana al 92%, la convierte en una fuente inigualable de hidratación, ideal para niños, adultos mayores y deportistas. Pero sus beneficios no se detienen ahí; esta fruta es un verdadero tesoro nutricional.
¿Qué sucede si como sandía todos los días?
Con apenas 46 calorías por cada 150 gramos, la sandía aporta vitaminas A, B1, B5, B6 y C, además de potasio y magnesio. Estos nutrientes son esenciales para el funcionamiento óptimo del organismo, desde la salud cardiovascular hasta la función cerebral.
La sandía es rica en licopeno, un antioxidante que le confiere su característico color rojo y que ha sido objeto de estudio por su potencial anticancerígeno. Aunque los resultados son mixtos, se ha observado una relación positiva entre el consumo de la mencionada fruta y la prevención de tumores en el sistema digestivo. Además, la citrulina, un aminoácido presente en la fruta, contribuye a la salud cardiovascular y al rendimiento físico, según detallan expertos.
Por otro lado, el alto contenido de antioxidantes y antiinflamatorios de la sandía, incluyendo el licopeno y la vitamina C, ayuda a reducir la inflamación y el estrés oxidativo, factores implicados en el desarrollo de diversas enfermedades crónicas. Estos compuestos también benefician la salud cerebral, retrasando la aparición de demencia y Alzheimer.
Además, estudios aseguran que la sandía contribuye a la salud del corazón al disminuir los niveles de colesterol y reducir la rigidez de las paredes arteriales. Además, las vitaminas A y C presentes en la fruta son esenciales para la salud de la piel y el cabello. La vitamina A repara las células de la piel, mientras que la vitamina C estimula la producción de colágeno, una proteína que mantiene la piel flexible y el cabello fuerte.