Si tienes un hijo, estas son las palabras que jamás debes decirle para no dañar su autoestima
En la era de la tecnología, estar presentes y res responsables con la crianza de nuestros hijos es fundamental. Sin embargo, es importante entender que como padres, si bien deseamos lo mejor para ellos, a menudo no somos conscientes de cómo nuestras palabras afectan su desarrollo.
¿Qué palabras NUNCA decir a mi hijo?
Un sociólogo de la Universidad de Columbia, Adam Galinsky, advierte que frases comunes, como "estoy decepcionado de ti", pueden tener efectos negativos al generar vergüenza en lugar de fomentar el aprendizaje. La vergüenza bloquea la capacidad de los niños para enfrentar sus errores y limita su pensamiento crítico, mientras que la culpa, a diferencia de la vergüenza, puede motivar a los niños a reparar sus errores y buscar soluciones.
Galinsky sugiere usar enfoques más constructivos, como preguntar "¿Cómo podemos organizarnos para que puedas hacer tu tarea a tiempo?", lo que promueve la cooperación y refuerza la idea de que los errores son oportunidades de aprendizaje. Cambiar el enfoque de la crítica a la colaboración mejora la autoestima de los niños.
Además, fomenta habilidades como la organización y la resolución de problemas. Entonces, es evidente que la forma en que los padres se comunican con sus hijos influye profundamente en su desarrollo emocional y académico, y elegir palabras que inspiren confianza puede ser crucial para su éxito.
¿Cómo ejercer una crianza respetuosa?
La crianza respetuosa se enfoca en tratar a los niños como individuos con derechos y necesidades propias. Esto implica comunicarse de manera positiva, explicando con calma las consecuencias y lo que está bien y mal.
Es fundamental estar presente, dedicando tiempo exclusivo para compartir actividades y mantener conversaciones significativas. Reconocer los logros de los niños y felicitar sus buenas acciones también es esencial. Además, es necesario establecer límites claros que sean coherentes y razonables, teniendo en cuenta sus necesidades básicas como alimentación, higiene y descanso.
Comprender las diferentes etapas de desarrollo de los niños es clave, ya que su forma de percibir el mundo varía de la de los adultos. En lugar de castigar, es importante trabajar juntos para encontrar soluciones, fomentando un ambiente de colaboración y entendimiento.
Por último, es muy importante que prestes atención a los comportamientos y patrones de tu hijo para entender qué es lo que le sucede, ya que muchos no saben cómo expresarlo y para ello puedes acudir a la psicología. Recuerda siempre mantenerte en contacto con su pediatra o médico de cabecera y verás cómo mejora su relación al 100%.