Los 3 trucos caseros que puedes realizar día a día para cuidar la salud dental

Existen miles y miles de técnicas que las personas utilizan para mejorar la salud. Muchos optan por seguir la corriente farmacéutica, mientras que otra tendencia apunta a informarse de una forma más natural. En ese último mundo, hay que saber sobre simples trucos para cuidar tus dientes.

Estos secretos ayudan mucho a mejorar la salud. Hacerlo en forma diario puede mejorar notablemente la situación de los individuos proporcionándole datos y herramientas ventajosas. Si eres de ellos, debes conocer el consejo de los expertos en salud sobre los 3 trucos caseros que puedes realizar día a día para cuidar la salud dental.

La salud dental

El limón, conocido por sus propiedades antibacterianas, puede ser utilizado como un enjuague bucal natural para ayudar a eliminar el sarro y prevenir diversas afecciones a la salud bucales. Se recomienda diluir el jugo de limón en agua para reducir su acidez y evitar posibles daños al esmalte. Tras su uso, es crucial enjuagar la boca abundantemente con agua para eliminar cualquier residuo ácido. Si bien algunos notan un efecto blanqueador leve, su uso debe ser esporádico para proteger la salud dental a largo plazo.

Otra mezcla popular para la salud dental es la pasta de bicarbonato de sodio con sal. La combinación de dos partes de bicarbonato, una parte de sal y unas gotas de agua crea una pasta abrasiva que puede ayudar a remover manchas superficiales y sarro de los dientes. Sin embargo, debido a su naturaleza abrasiva, su uso debe ser limitado a unas pocas veces por semana y con un cepillado suave para evitar la erosión del esmalte y la sensibilidad dental. Es importante no ejercer demasiada presión al cepillar con esta mezcla.

Finalmente, el agua oxigenada, gracias a sus propiedades antisépticas, puede ayudar a eliminar bacterias y residuos que contribuyen a la coloración de la salud dental. Se recomienda utilizar una solución diluida de 30 ml de agua oxigenada en 100 ml de agua como enjuague bucal. Al igual que con los otros métodos, su uso debe ser moderado y siempre seguido de un enjuague con agua corriente. Es crucial evitar tragar la solución y estar atento a cualquier signo de irritación en las encías. Recuerda, la consulta con un profesional es siempre el primer paso para un blanqueamiento dental seguro y efectivo.