Cuando el aire se vuelve más fresco y los días comienzan a acortarse, el jardín parece prepararse para el descanso. Sin embargo, algunas plantas desafían el ritmo de la temporada y encuentran en el otoño su momento para florecer. Sus colores, lejos de apagarse, emergen con fuerza entre tonos apagados, recordándonos que incluso en tiempos de pausa, la belleza sigue presente.

¿Cuáles son las plantas que resisten el invierno?

En otoño, cuando muchas plantas entran en una etapa de reposo y el clima más frío complica el crecimiento de flores coloridas, existen algunas especies que no solo resisten las bajas temperaturas, sino que también llenan el jardín de vida y son muy fáciles de cuidar. Una de ellas es la Leonotis leonurus, conocida como Cola de León, que se destaca por sus tonos naranjas intensos, especialmente durante esta estación.

Es ideal para principiantes porque se adapta bien a suelos secos y arenosos, requiere luz solar directa y es resistente tanto al frío como a las plagas. Otra opción es la Antigonon leptopus, o Rosa de Montaña, una planta que prospera en climas templados y cálidos, con abundante luz solar y riego moderado.

Florece rápidamente y no necesita demasiada atención. Por último, la Lablab purpureus, más conocida como Dolichos, es una trepadora que embellece los jardines con sus flores violetas. Su crecimiento es veloz, pero necesita una estructura para extenderse y riego frecuente, evitando el exceso de agua. Estas tres especies son perfectas para llenar de color y vida cualquier patio durante el otoño sin requerir grandes cuidados.

¿Cómo cuidar las plantas en invierno?

Durante el invierno, las plantas requieren ciertos cuidados especiales para mantenerse saludables. Es importante reducir la frecuencia del riego, asegurándose de que la tierra esté seca antes de volver a regar.

Para protegerlas del frío, se puede recurrir al uso de mantillo, acolchados o lonas, y también es útil alejarlas del contacto directo con suelos helados, colocando las macetas sobre superficies aislantes como madera o plástico. Las plantas de interior, por su parte, necesitan aprovechar al máximo la luz natural, por lo que conviene ubicarlas cerca de ventanas, evitando al mismo tiempo las corrientes de aire frío y la exposición directa al calor de estufas.

Además, es fundamental revisar con frecuencia tus plantas la presencia de plagas como cochinillas o arañas rojas, limpiar hojas y flores secas para prevenir hongos, y aplicar productos naturales si estos aparecen. Por último, conviene evitar las podas excesivas, ya que pueden debilitar a las plantas frente a las bajas temperaturas.