La razón por la que debes lavar tu ropa exclusivamente con agua fría, según especialistas

A la hora de lavar la ropa y dudar si utilizar agua fría o caliente es común. Siempre se busca ahorrar energía, pero puede ser menos efectivo para eliminar ciertas manchas. La elección depende del tipo de tejido, la suciedad y el propósito del lavado.

¿Cómo lavar correctamente la ropa?

El agua fría es mejor para manchas de proteínas como sangre y sudor, mientras que el agua caliente ayuda a eliminar grasa y desinfectar. Además, lavar en frío reduce costos energéticos y prolonga la vida útil de las prendas, especialmente las delicadas o de colores vivos.

Los detergentes actuales están formulados para funcionar eficazmente en frío. Por otro lado, el agua caliente es ideal para ropa de cama durante enfermedades o prendas que requieren desinfección, aunque su uso aumenta el consumo energético.

También hay errores comunes al usar la lavadora, como mezclar colores y blancos, sobrecargar el tambor, usar demasiado detergente o no pretratar manchas. Además, dejar ropa húmeda dentro o usar ciclos inadecuados puede afectar tanto las prendas como el electrodoméstico.

¿Cómo alargar la vida útil de mi lavadora?

Para prolongar la vida útil de la lavadora, es fundamental realizar un mantenimiento regular, utilizar los productos adecuados y evitar sobrecargar el electrodoméstico. Es recomendable limpiar periódicamente el filtro de pelusas y la bomba de drenaje, además de revisar la goma de la puerta y el cajetín de detergente para prevenir la acumulación de moho.

Tras cada lavado, se debe secar y limpiar tanto la goma como el cajetín, y descalcificar la lavadora al menos cada seis meses. También es importante hacer un uso adecuado del aparato, evitando sobrecargarlo, utilizando la cantidad correcta de detergente y seleccionando el programa de lavado apropiado.

Para mantener su buen funcionamiento, es aconsejable retirar la ropa inmediatamente después del lavado y descargar el tambor cuando el ciclo finaliza. Asimismo, se recomienda realizar una limpieza profunda del tambor con vinagre blanco y bicarbonato de sodio, además de ejecutar un programa de auto limpieza periódicamente.

En caso de que la lavadora no disponga de esta función, se puede programar un ciclo con agua caliente una vez al mes. Además, agregar entre uno y dos litros de vinagre blanco para eliminar residuos y mantener el equipo en óptimas condiciones.