La planta medicinal que tienes en el jardín y ayuda a combatir el hígado graso y prevenir la cirrosis

Esta planta puede ayudar a reducir la inflamación y proteger al hígado del daño progresivo causado por el hígado graso.
La planta medicinal que tienes en el jardín y ayuda a combatir el hígado graso y prevenir la cirrosis
El consumo de infusiones acompañado de una dieta saludable y ejercicio regular, puede ser un aliado natural para prevenir la cirrosis hepática. Foto: Canva
martes, 15 de abril de 2025

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En Perú, alrededor del 30% de la población padece hígado graso, una enfermedad silenciosa que puede tardar más de 20 años en mostrar síntomas, pero que es la principal causa de cirrosis hepática en el país. El hígado cumple funciones vitales como filtrar toxinas, procesar nutrientes y almacenar energía.


¿Cuál es la planta que previene el hígado graso?


Cuando acumula demasiada grasa, se deteriora su funcionamiento, lo que puede derivar en enfermedades graves como cirrosis o incluso cáncer de hígado. Una alternativa natural que puede ayudar a cuidar este órgano es el toronjil (Melissa officinalis), una planta conocida por sus propiedades digestivas, antiinflamatorias y protectoras del hígado.


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Contiene antioxidantes y compuestos como el ácido rosmarínico, que favorecen la depuración hepática, reducen la inflamación y previenen el daño celular, ayudando así a tratar el hígado graso y prevenir su avance hacia cirrosis.

El toronjil también mejora la función enzimática del hígado y ayuda a metabolizar mejor las grasas, además de proteger contra el estrés oxidativo.


Puede consumirse en infusión o cápsulas, y se recomienda acompañar su uso con una alimentación saludable y ejercicio regular para potenciar sus beneficios. Otras plantas medicinales, como la alcachofa y el diente de león, también favorecen la salud hepática gracias a sus efectos desintoxicantes y digestivos.


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Finalmente, es importante tener en cuenta los factores de riesgo del hígado graso y la cirrosis, como el consumo de alcohol, la obesidad, la diabetes tipo 2, las infecciones hepáticas crónicas y ciertos medicamentos. La prevención y el tratamiento temprano son clave para evitar complicaciones graves.


¿Cómo prevenir la cirrosis?


Para prevenir la cirrosis hepática, es fundamental adoptar un estilo de vida saludable y tomar precauciones que protejan la salud del hígado. Reducir o evitar por completo el consumo de alcohol es esencial, ya que este es uno de los principales factores de riesgo. Mantener un peso adecuado a través de una dieta balanceada y ejercicio regular también es clave, ya que el sobrepeso y la obesidad pueden contribuir al desarrollo de enfermedades hepáticas.


Además, es importante vacunarse contra la hepatitis A y B, evitar el contacto con sangre o fluidos corporales ajenos para prevenir infecciones como la hepatitis B y C, y realizar controles médicos periódicos que permitan detectar posibles afecciones hepáticas en etapas tempranas. También se debe tener precaución con el uso de medicamentos, evitando la automedicación y consultando siempre al médico.


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Las personas con enfermedades crónicas como diabetes o hígado graso deben seguir cuidadosamente las indicaciones médicas para evitar complicaciones. Finalmente, si ya se padece cirrosis, es crucial suspender totalmente el consumo de alcohol y continuar el tratamiento indicado. Adoptando estas medidas, se puede reducir significativamente el riesgo de cirrosis y promover una buena salud hepática.

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