La clase de ejercicio que debes hacer a diario para mejorar tu memoria, según la ciencia
La actividad física no solo beneficia el cuerpo, sino también la salud mental y las funciones cognitivas. Según estudios científicos, el ejercicio estimula la producción de factores de crecimiento que promueven la formación de nuevos vasos sanguíneos y células cerebrales saludables.
¿Cómo mejorar la memoria?
Investigaciones como la de la Universidad de California en Santa Bárbara han demostrado que el ejercicio intenso, especialmente en ráfagas cortas como el HIIT, mejora la memoria, la toma de decisiones y el control emocional. Además, sesiones de menos de 30 minutos son especialmente efectivas para potenciar las funciones ejecutivas, como la planificación y la regulación emocional.
Por otro lado, actividades como el ciclismo, el yoga, el baile y el taichí también ofrecen beneficios cognitivos significativos. El ciclismo mejora el flujo sanguíneo cerebral, mientras que el yoga reduce el estrés y mejora la memoria y la claridad mental. Bailar regularmente puede disminuir el riesgo de demencia, gracias a su capacidad para combinar actividad física y socialización.
El taichí, por su parte, fortalece el razonamiento, la planificación y la memoria, incluso en adultos mayores. En conjunto, estas prácticas no solo previenen el deterioro cognitivo, sino que también refuerzan el bienestar emocional y mental, convirtiéndose en herramientas clave para un envejecimiento saludable.
¿Qué actividades dañan la memoria?
La memoria puede verse comprometida por diversos factores, como trastornos de salud mental, consumo de sustancias, enfermedades, lesiones en la cabeza y falta de sueño. Condiciones como la ansiedad y la depresión dificultan la concentración y provocan olvidos, mientras que el consumo de alcohol, medicamentos o drogas puede deteriorar las capacidades cognitivas. Enfermedades como el Parkinson, la esclerosis múltiple o infecciones cerebrales también tienen un impacto significativo.
Las lesiones craneales, como conmociones, dificultan la retención de nueva información, y la falta de sueño perjudica los procesos de memoria. Además, no controlar factores cardiovasculares, como diabetes o hipertensión, ni realizar ejercicio físico aumenta el riesgo de deterioro cognitivo.
La memoria, como un músculo, necesita cuidado y ejercicio constante para mantenerse fuerte. Además, es importante cuidar de tu cabeza y salud mental, sobre todo en esta época, para no tener fallas en tus recuerdos ni perder tu agenda.