Expertos en jardinería revelan qué debes hacer con tu rosal en febrero para que estalle de rosas
El rosal es una de las plantas más hermosas que cualquier persona puede tener en su jardín. Las rosas no solo decoran el parque, sino que también aportan un aroma exquisito para el olfato de quien está cerca. Pero para que esta magia suceda, es menester poner en práctica un secreto de expertos en jardinería.
¿Qué hacer con los rosales el febrero?
Febrero es un mes clave para preparar estas plantas de cara a la primavera, cuando alcanzarán su máximo esplendor. Es aquí cuando se necesita podar el rosal para así mantener su salud y vitalidad de cara a todo el año. Profesionales aseguran que tras eliminar ramas viejas o dañadas, se estimula un crecimiento equilibrado y se potencia la producción de rosas.
En este marco, especialistas explican que podar no solo mejora el aspecto del rosal, sino que también contribuye a su desarrollo. En concreto, las ramas jóvenes, que nacen tras la poda, son más vigorosas y producen flores de mejor calidad. Además, eliminar las partes dañadas o enfermas reduce el riesgo de plagas y hongos.
Para podar un rosal, maestros jardineros recomiendan seguir estas instrucciones:
- Contar con tijeras de podar limpias y afiladas para evitar la transmisión de enfermedades.
- Retirar las partes secas, débiles o enfermas. Esto despejará la estructura del rosal.
- Hacer cortes en un ángulo de 45° y siempre por encima de una yema orientada hacia el exterior.
- Buscar una estructura abierta, eliminando ramas que se crucen o crezcan hacia el interior.
- Retirar los restos de poda del suelo para prevenir la aparición de hongos o plagas.
De esta forma, te asegurarás de que tu rosal estalle de flores durante la primavera, siempre que la poda la realices en febrero o los primeros días de marzo.