Esto es lo que sucede en tu mente si te bañas más de una vez al día, según la psicología

Bañarse diariamente es común, pero su frecuencia puede estar vinculada a factores a los que debemos prestarle un poco más de atención, según la psicología. Según el psiquiatra Sergio Grosman, aunque la higiene diaria es una norma cultural moderna, en algunos casos, la necesidad excesiva de ducharse responde a un trastorno de la personalidad.

¿Qué significa bañarse varias veces al día?

Se trata del trastorno obsesivo-compulsivo. Las personas con esta afección pueden sentir un miedo irracional a la contaminación, lo que las lleva a realizar rituales de limpieza de manera compulsiva.

Por otro lado, hay quienes ven la ducha como un momento de desconexión y bienestar. Algunos individuos la utilizan para empezar el día con energía, relajarse después del ejercicio o incluso reducir la ansiedad. Sin embargo, el psicólogo Leandro Faur señala que este hábito también puede reflejar dificultades para manejar emociones, miedo a la suciedad o tendencia al perfeccionismo. Cuando la ducha se convierte en una necesidad ineludible para sentirse bien, su ausencia puede generar ansiedad y malestar.

¿Cómo detectar el trastorno obsesivo-compulsivo?

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones que generan ansiedad y afectan la vida diaria. Las obsesiones incluyen pensamientos, imágenes o impulsos no deseados que se repiten constantemente, como el miedo a la contaminación, la duda persistente sobre si se cerró una puerta o se apagó la cocina, la necesidad de mantener el orden y pensamientos prohibidos relacionados con la religión, el sexo o el daño a otros.

Por otro lado, las compulsiones son acciones repetitivas que la persona siente la necesidad de realizar para aliviar su ansiedad. Entre ellos se encuentra comprobar cosas en exceso, revisar constantemente a sus seres queridos, repetir palabras sin sentido, dedicar mucho tiempo a la limpieza, rezar compulsivamente o acumular objetos.

Para diagnosticar el TOC, los profesionales de la salud pueden realizar un examen físico, solicitar análisis de sangre, aplicar pruebas específicas, remitir al paciente a un especialista en salud mental y hacer preguntas sobre sus pensamientos y comportamientos. También pueden pedirle que responda una serie de preguntas para evaluar su condición. Sin embargo, diagnosticar este trastorno puede ser complicado, ya que sus síntomas pueden confundirse con los de otros trastornos mentales.