Especialistas revelan cuáles son los alimentos que debes evitar congelar
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Para prolongar la vida útil de los alimentos, es importante conocer las mejores prácticas de conservación, ya que no todos los productos pueden congelarse sin afectar su calidad. Muchas personas almacenan sobras en el freezer sin considerar que factores como la humedad y composición influyen en la seguridad y textura de los alimentos al descongelarse.
¿Qué productos NO se deben congelar?
El freezer es una herramienta útil para preservar alimentos al mantenerlos a temperaturas de -18°C o menores, deteniendo temporalmente su deterioro sin eliminar microorganismos, los cuales permanecen latentes hasta que los alimentos se descongelan. En cambio, un congelador opera a -6°C y solo permite almacenar alimentos por pocos días.
Según expertos en seguridad alimentaria, hay ciertos alimentos que nunca deben congelarse, ya que pueden perder propiedades o volverse inseguros. Los huevos con cáscara pueden expandirse y favorecer la proliferación de bacterias. Verduras con alto contenido de agua, como lechuga, pepinos y tomates, pierden su textura y frescura al descongelarse.
Los productos lácteos con alta humedad, como el yogur y la leche, desarrollan una textura granulada que altera su consistencia. Por último, mayonesas y salsas emulsionadas pueden separarse y perder su estabilidad química al ser congeladas.
¿Qué alimentos si se pueden congelar?
Muchos alimentos pueden ser congelados para prolongar su vida útil, incluyendo carnes, pescados, frutas, verduras, pan, lácteos, cremas, caldos, legumbres, embutidos y huevos batidos. Entre las verduras aptas para congelar se encuentran el brócoli, coliflor, perejil, cilantro, jengibre, cebolla, ajo, chauchas, calabacín y acelga.
También es posible conservar carnes como pollo, merluza y otros tipos de pescado fresco. En panadería, pueden congelarse panes en diferentes formas y pastelitos.
Otros productos que se pueden almacenar en el freezer incluyen frutos secos, semillas, especias, aceite, vinagre, pasta y arroz crudos, harina, azúcar, cereales, chocolate, snacks y quesos madurados. Para garantizar una correcta conservación, es recomendable congelar los alimentos frescos a -18°C, utilizar recipientes herméticos resellables y etiquetarlos con su contenido y fecha de empaque.