El momento del día donde debes regar el césped para mantenerlo siempre verde

Mantener un césped verde y saludable durante todo el año es el deseo de cualquier jardinero, aunque lograrlo puede ser complicado. Una de las claves para conseguirlo es elegir el momento adecuado para regar.

¿A qué hora regar el césped?

Los expertos recomiendan regar el césped entre las 5:00 y las 6:00 de la mañana, ya que en ese horario el suelo está más fresco, lo que permite que el agua se absorba mejor y se evite la evaporación rápida por el calor del sol. Además, regar a esta hora reduce el riesgo de enfermedades y hongos, ya que el sol seca el césped durante el día, y también optimiza el uso del agua, minimizando el desperdicio.

En cuanto a la cantidad de agua, lo ideal es aplicar alrededor de una pulgada de agua por semana, regando una o dos veces, asegurándose de que el agua llegue a al menos seis pulgadas de profundidad. Además de la correcta irrigación, es importante cortar el césped a una altura adecuada, airear el suelo anualmente.

Recuerda fertilizar en las estaciones apropiadas y evitar el uso excesivo de productos químicos, favoreciendo soluciones naturales como compost. Adaptar el riego al clima también es esencial, especialmente en períodos secos.

¿Cómo saber si mi césped está "enfermo"?

El césped puede enfermarse cuando presenta síntomas como manchas, decoloraciones, marchitamiento o áreas de hierba muerta, lo cual puede ser causado por hongos, plagas o un desequilibrio en el pH del suelo. Los hongos provocan manchas en las hojas, crecimiento blanco y polvoriento, así como áreas descoloridas y marchitas.

Las plagas generan manchas marrones, áreas de hierba muerta, hojas marchitas y marcas de mordidas en la hierba, además de insectos visibles en el césped o la tierra. Un pH del suelo desequilibrado también afecta al césped, causando que se vuelva marrón, especialmente si el pH es inferior a 6.

Para diagnosticar la enfermedad, se deben observar estos síntomas y los signos del agente causal. Las señales de plagas incluyen manchas marrones, áreas de hierba muerta, hojas marchitas, marcas de mordidas y la presencia de insectos en la capa superficial del césped.