El método para guardar el pan y que dure hasta 7 días sin ponerse duro
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El pan es un alimento esencial en muchos hogares, pero su conservación puede ser complicada. Guardarlo en la nevera o en bolsas de plástico acelera su deterioro, ya sea endureciéndolo o fomentando la aparición de moho.
¿Cómo mantener el pan fresco?
Para mantener el pan fresco, lo mejor es almacenarlo en una bolsa de tela o envuelto en un paño de algodón dentro de una panera de madera o cerámica. Esto se debe a que estos materiales permiten la circulación de aire y evitan la humedad excesiva. Con este método, el pan casero dura hasta cuatro días y el industrial hasta una semana.
Si se desea conservarlo por más tiempo, la mejor opción es congelarlo en rebanadas, envuelto en papel film o aluminio dentro de una bolsa hermética. Para consumirlo, basta con calentarlo en el horno o en una tostadora para recuperar su textura y sabor.
¿Cuánto pan es saludable en una dieta?
La cantidad de pan que se puede consumir dentro de una dieta equilibrada varía según factores como el peso, la condición física y el nivel de actividad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda un consumo diario de 250 gramos, equivalente a una baguette, aunque en personas con mayor demanda energética, como los deportistas, se puede aumentar hasta 400 gramos al día.
En España, los especialistas sugieren cuatro raciones diarias de unos 50 gramos cada una. En cuanto al tipo de pan, el integral es más beneficioso para la salud que el blanco, mientras que el pan de centeno es considerado el más saludable y con menor impacto en el peso.
Es fundamental revisar el valor nutricional del pan que se consume y evitar el pan dulce, ya que contiene azúcar y carbohidratos simples. Además, se puede alternar con otros alimentos ricos en hidratos de carbono de buena calidad, como los cereales integrales y las legumbres.
Recuerda que el exceso de harinas puede causar malestar estomacal por diversas razones, como la intolerancia al gluten, el síndrome del colon irritable o el consumo excesivo de levadura. El gluten, una proteína presente en el trigo que da al pan su textura esponjosa, puede generar problemas en las personas intolerantes a él, quienes experimentan síntomas como diarrea, estreñimiento, distensión abdominal, dolor abdominal, fatiga, náuseas y dolores de cabeza.
Además, los fructanos del trigo, al fermentarse en el intestino, pueden producir gas, lo que ocasiona distensión abdominal y molestias gastrointestinales, e incluso diarrea en algunos casos. Por otro lado, el exceso de levadura en el pan puede causar hinchazón y gases, especialmente en personas con sistemas digestivos sensibles.