El árbol rústico que no rompe el piso de tu jardín y permite cosechar deliciosas frutas

Elegir el árbol frutal adecuado puede ser un desafío, especialmente para quienes no son aficionados a la jardinería. Mientras que algunos se guían por la estética, otros buscan un árbol resistente a los cambios de temperatura, que proporcione sombra y no dañe el suelo.

¿Cuál es el árbol frutal que no daña el suelo?

El granado (Punica granatum) es una excelente opción. Originario del Medio Oriente y el norte de África, este árbol de tamaño medio, que no supera los 5 metros, es ideal para diversas condiciones climáticas, tanto frías como cálidas, y es capaz de resistir sequías, aunque esto puede afectar la calidad de sus frutos.

Además, el granado ofrece una sombra agradable y sus raíces no son invasivas. Es fácil de cuidar, puede ser cultivado en zonas desérticas y subtropicales, y su cultivo en España se concentra en Elche. Requiere sol directo, riego semanal en su primer año y abonos específicos según la temporada. Además, es recomendable podarlo después de la floración y la cosecha.

¿Cómo saber cuando las frutas de mi parbol están maduras?

Las frutas de los árboles alcanzan su madurez cuando se vuelven más suaves, dulces, tersas, adquieren un color brillante e intenso y desprenden un aroma fuerte. En cuanto al color, las frutas verdes generalmente indican inmadurez, mientras que las amarillas suelen ser una señal de que están maduras.

En el caso de las manzanas, estas se consideran maduras cuando tienen un cáliz ancho y profundo, y sus pepitas se tornan marrones. La textura de las frutas maduras también cambia, volviéndose más suaves a medida que pierden firmeza, un proceso normal en la maduración.

Para cosecharlas, frutas como las manzanas y las peras deben desprenderse de la rama con un suave movimiento de elevación y torsión, ya que si se tiran hacia abajo, el espolón fructífero podría romperse. Además, las frutas maduras suelen emitir un olor intenso. Un truco adicional para determinar si una fruta está madura es inclinarla hacia un lado si tiene un tallo largo; si está lo suficientemente madura, caerá fácilmente.