El abono casero con cáscara de fruta que revitaliza los jazmines del jardín
La jardinería es una de las actividades más fascinantes e interesantes para hacer, tanto solo como acompañado. Sin embargo, muchos se ven frustrados cuando alguna planta no vive lo suficiente o comienza a "enfermar", como el jazmín, por ejemplo. Por este motivo, te enseñaremos cómo hacer un abono casero que será infalible para cuidarlos.
¿Cómo hacer abono casero para mi jazmín?
Para que el jazmín crezca sano y florezca abundantemente, necesita un suelo bien drenado y rico en nutrientes. El abono ideal debe contener altos niveles de potasio para estimular la floración y fósforo para fortalecer las raíces, evitando aquellos con demasiado nitrógeno, ya que este favorece el crecimiento del follaje en lugar de las flores.
Un fertilizante casero efectivo es el elaborado con cáscaras de banana, que pueden enterrarse alrededor de la base de la planta o hervirse en agua para luego utilizar el líquido resultante en el riego. Otra alternativa es el té de compost, que se obtiene dejando reposar compost en agua por 24 horas y luego filtrando la mezcla antes de aplicarla.
Es importante no excederse con los nutrientes para evitar efectos negativos. Durante la primavera y el verano, se recomienda abonar cada dos o tres semanas, mientras que en otoño e invierno la frecuencia debe reducirse. Observar el estado del jazmín permitirá ajustar la cantidad de fertilizante según sus necesidades y garantizar una floración espectacular.
¿Cómo lograr que mi jazmín viva más tiempo?
Para cuidar un jazmín correctamente, hay varios puntos a tener en cuenta. La luz es fundamental, ya que esta planta de origen cálido necesita exposición directa al sol para florecer, aunque puede sobrevivir sin ella, aunque sin producir flores. En cuanto a la temperatura, aunque prefiere el calor, puede soportar hasta -3°C, aunque si el frío es constante, conviene proteger sus raíces con acolchados.
El riego debe ser abundante en primavera y verano, con una frecuencia de cada dos o tres días, mientras que en invierno basta con regar cuando la tierra se seque. Aunque el jazmín es resistente y puede crecer en suelos pobres, su desarrollo óptimo ocurre en sustratos ricos en nutrientes, evitando los suelos arcillosos, ya que retienen demasiada humedad.
Un buen drenaje es crucial para cuidar tu jazmín y que dure mucho tiempo, ya que el exceso de agua puede pudrir sus raíces. Durante la floración, es recomendable aplicar abono mensual para estimular su crecimiento y floración. Por último, al ser una planta trepadora que no se sostiene por sí sola, es necesario proporcionarle tutores o estructuras de apoyo para que crezca correctamente y mantenga su estética.