Cuántos kilómetros hay que caminar para no caer en depresión, según expertos

Existen miles y miles de técnicas que las personas utilizan para mejorar la salud. Muchos optan por seguir la corriente farmacéutica, mientras que otra tendencia apunta a informarse sobre algún tipo de ejercicio. En ese último mundo, el momento de cuidar a una persona de la depresión, el hecho de caminar se ha convertido en una de las vedettes que utilizan hombres y mujeres para tener una referencia al respecto.

El hecho de saber cuántos kilómetros hay que caminar para no caer en depresión atrae múltiples beneficios para la salud. Realizarlo en forma diaria puede mejorar notablemente la situación de los individuos con esta patología, proporcionándole datos y herramientas ventajosas. Si eres de ellos, debes saber la cantidad exacta de este ingrediente.

Ejercicio contra la depresión

La depresión es un trastorno mental que afecta a millones de personas en todo el mundo. Si bien el tratamiento tradicional combina medicamentos y psicoterapia, cada vez más investigaciones apuntan a un nuevo aliado en la lucha contra esta enfermedad: el ejercicio físico. Y dentro de las opciones de ejercicio, caminar se destaca como una actividad accesible y beneficiosa para la salud mental.

Numerosos estudios científicos han demostrado que caminar regularmente puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar depresión. De hecho, se ha establecido que dar 7.000 pasos al día puede disminuir este riesgo en un 31%. Y lo mejor es que los beneficios continúan aumentando con cada paso adicional. Por cada 1.000 pasos extra, el riesgo de depresión se reduce en un 5% más. Para tener una idea más clara del ejercicio, 7.000 pasos equivalen aproximadamente a caminar 50 cuadras.

Incorporar estos pasos en el ejercicio de nuestra rutina diaria puede ser más sencillo de lo que parece. Por ejemplo, si trabajamos cerca de casa, podemos optar por ir y volver caminando. Si utilizamos transporte público, podemos bajar una parada antes y caminar el resto del trayecto. Incluso realizar pequeñas caminatas durante la pausa del almuerzo o antes de acostarse puede marcar una gran diferencia.