Científicos revelan cómo conocer a una persona manipuladora, según su postura
La psicología y la ciencia pueden explicar muchos de nuestros comportamientos, pero también identificarlos. En este contexto, un estudio reciente revela que la postura corporal puede ofrecer pistas sobre la personalidad de una persona, especialmente en relación con rasgos como la manipulación o la psicopatía.
¿Cómo descubrir a una persona manipuladora?
Según Susan Krauss Whitbourne, profesora emérita de psicología en la Universidad de Massachusetts Amherst, una postura erguida, abierta y expansiva puede ser una señal de que alguien busca dominar o manipular a los demás. Incluso puede estar relacionada con rasgos psicopáticos.
Investigadores de la Universidad McGill realizaron cinco estudios con más de 600 adultos jóvenes, confirmando que quienes adoptan constantemente posturas de poder tienden a puntuar más alto en características como manipulación, competitividad y creencia en jerarquías sociales. Estas personas son más propensas a aprovecharse de otros para beneficio propio.
Sin embargo, Whitbourne aclara que no siempre se debe juzgar a una persona solo por su postura. Existen razones médicas o hábitos adquiridos, como la práctica de danza o gimnasia, que pueden influir en cómo alguien se mantiene erguido. No obstante, las personas menos ambiciosas suelen variar su postura según las situaciones, mientras que quienes permanecen constantemente en una posición de dominio son más propensas a poseer rasgos de personalidad negativos.
En el ámbito profesional, la postura puede ser un factor más a considerar al evaluar a alguien para un puesto de trabajo, pero no debería ser decisivo. Es fundamental combinar esta observación con otros factores, como el lenguaje corporal, las declaraciones de la persona y la intuición, para tomar decisiones más informadas.
¿Cómo identificar a una persona envidiosa?
La envidia se puede reconocer por varias señales en el comportamiento de una persona. Por ejemplo, una persona envidiosa tiende a desvalorizar los logros ajenos, minimizando o ridiculizando los éxitos de los demás, e incluso puede hacer comentarios sarcásticos para desacreditar esos logros.
A menudo se compara constantemente con los demás, sin apreciar lo que tiene o es, y puede intentar cambiar el rumbo de la conversación cuando alguien comparte algo positivo. Además, muestra un interés excesivo en los problemas de los demás, pero sin ofrecer soluciones o ayuda real. Aunque puede parecer amable, su actitud suele entorpecer el éxito de otros, poniendo obstáculos en su camino.
También se enfoca en aspectos materiales, como bienes o ingresos, destacando sus propias adquisiciones. A veces, las personas envidiosas también se dedican a difamar a los demás.
En general, la envidia no solo implica desear lo que otros tienen, sino también la tendencia a intentar destruirlo cuando no pueden obtenerlo para sí mismos. Recuerda que si te encuentras con este tipo de personas y al notar que no te afecta lo que quiere hacerte se enoja, hay varios trucos de la psicología para lograr calmarlos sin que te afecte emocionalmente.