Bill Gates predice el fin de los teléfonos y computadoras: esto es lo que todas las personas desearán tener en casa

La inteligencia artificial ya es una realidad que transforma múltiples aspectos de la vida cotidiana y seguirá desempeñando un papel fundamental en el futuro. Bill Gates, fundador de Microsoft, ha señalado que, al igual que ocurrió con los ordenadores y los teléfonos móviles, la IA se convertirá en una herramienta esencial en los hogares.

¿Por qué la IA reemplazará a los celulares?

En una charla con Reid Hoffman y Aria Finger, Bill Gates afirmó que en un futuro cercano todos contaremos con un agente inteligente que nos asistirá en diversas tareas, desde la administración del hogar hasta funciones laborales. Actualmente, los robots de limpieza y las mascotas robóticas ya muestran cómo la IA puede mejorar la eficiencia y la seguridad doméstica.

Asimismo, compañías como Tesla trabajan en el desarrollo de robots humanoides, los cuales se espera que empiecen a operar en fábricas en 2025 y se integren gradualmente en la vida diaria. Gates también destacó que, aunque algunas profesiones serán más resistentes a la automatización, la inteligencia artificial revolucionará sectores como la construcción y la hotelería en menos de una década.

Además, prevé que la programación se simplificará mediante el lenguaje natural, permitiendo que cualquier persona pueda utilizar asistentes de codificación sin necesidad de conocimientos avanzados. La IA también contribuirá a la integración de herramientas empresariales, facilitando la gestión de datos y optimizando la toma de decisiones.

¿Es peligroso el avance de la IA?

Un grupo de líderes tecnológicos y académicos ha firmado un documento en el que instan a que mitigar estos peligros sea una prioridad global, al nivel de las pandemias o la guerra nuclear. Especialistas como Juan Domingo Velásquez y Néstor Becerra coinciden en que no se trata de frenar el desarrollo de la inteligencia artificial, sino de regularlo y educar sobre su impacto. Velásquez enfatiza que el avance de esta tecnología es extremadamente rápido y que, sin un marco regulatorio adecuado, podría salirse de control.

Becerra, por su parte, advierte sobre el peligro de que grandes corporaciones monopolizen su desarrollo bajo el pretexto de restricciones. Ambos académicos comparan la IA con la energía nuclear: puede ser beneficiosa si se gestiona correctamente, pero peligrosa si no se regula con cautela. En definitiva, consideran que la clave no está en prohibir la inteligencia artificial, sino en definir normas claras que permitan aprovechar sus ventajas sin poner en riesgo a la sociedad.